domingo, 13 de diciembre de 2009

LAS ESTACIONES

El autocar paró, sería mediodía cuando llegamos, por fin, al parador de Andorra. La nieve cubría el Pirineo y el viejo parador de madera nos acogía en tan pintoresco paisaje.

Llevábamos más de diez horas de viaje, carretera y kilómetros y cómo no, estábamos cansados, sin embargo nos quedaba una semana por delante para poderla pasar juntos, Tú y Yo, sin nadie alrededor, la situación prometía.

Nos conocíamos desde hacía algunos meses, nos gustábamos, nos conocíamos como amigos pero jamás se nos había ocurrido hablar del amor, era algo prohibido para nosotros, ya que ni siquiera sabíamos nada de las aventuras de fin de semana que ambos teníamos esporádicamente.

Los momentos que allí vivimos fueron muy bonitos y románticos; paseos por la nieve en la mañana, bonitos atardeceres en Andorra la Bella, y sofisticadas veladas al calor de la chimenea por las noches. Tú te deshacías en detalles conmigo y yo me sentía muy feliz entre tus brazos...

... Sin embargo todo lo bueno se acaba y tuvimos que volver a Sevilla. Las navidades comenzaban y las calles se habían llenado de vida. Nuestro amor se paseó, de nuestros abrazos, por toda la cuidad; seguíamos siendo felices. Pero el invierno pasó, la primavera y el caluroso verano también y sin apenas darnos cuenta llegó...

... Septiembre ...

... todo pasó rápida y maravillosamente y aquel fatídico 2 de Octubre tuvimos que separarnos, no para siempre... pero para un largo periodo de tiempo...

... Tu despedida sólo fueron cuatro palabras "Te quiero mi niña" la mía ni eso, tan sólo dos lagrimas que resbalaron por mis mejillas y cayeron en tus manos.